Veinticuatro

Elena estaba alerta. ¿Quién era esta desconocida y cómo había entrado en mi apartamento, que estaba completamente cerrado? La mujer vestía de manera muy inusual, con pantalones negros y una chaqueta de cuero.

—No necesitas tener miedo, niña; no tengo malas intenciones —dijo mientras se sentaba en l...

Inicia sesión y continúa leyendo