Veintiséis

Opté por una mesa al azar porque las probabilidades de ver a alguien conocido eran muy bajas. Escuché pasos detrás de mí, pero los ignoré porque no éramos los únicos en el restaurante.

Sentí un toque en mi espalda y me giré para ver quién era.

—Hope. —Sonreí, y él besó mi mano.

—Elena, es un plac...

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