Capítulo 236 El asesino

Orion, por otro lado, no parecía molesto en absoluto. Se lamió los labios, sonrió con malicia y dijo en tono burlón:

—Ya soy un raro. Adelante, sácalo. Tal vez hasta me guste. Podría ponerme un diente de oro y darte asco.

Vincent, que había sido forzado a despejarse, ahora estaba bastante lúcido. ...

Inicia sesión y continúa leyendo