Capítulo 97

La expresión de Brad se oscureció por un momento, algo indescifrable pasó por sus ojos.

—Marissa no tiene nada que ver con dónde duermo.

—Pero— Antes de que pudiera terminar mi frase, la mano izquierda sin herir de Brad se extendió de repente y me jaló firmemente contra su pecho.

—¡Es hora de dor...

Inicia sesión y continúa leyendo