Capítulo 326

Stanley levantó el teléfono de su escritorio y marcó la oficina de la secretaria.

—Hola, soy yo —dijo en un tono bajo y plano.

Al otro lado, la voz de la secretaria era tan respetuosa y eficiente como siempre—. Señor Visconti, ¿qué puedo hacer por usted?

—Sobre el expediente de Diana —los dedos d...

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