Treinta y tres

—¡Cállate!— La voz de Alpha Killan retumbó, haciendo que la chica se estremeciera de miedo. —¿Quién te envió aquí?— Le preguntó a la chica, agarrándola por el cuello de la camisa. —Dije, ¿quién te envió?— Preguntó, ignorando el llanto de la chica de que la estaba lastimando. —Quizás no lo sepas, per...

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