No intervenga

Aphrodite colg贸 su brazo r铆gidamente sobre la barandilla del balc贸n. Observaba los cuerpos disfrazados de los humanos bailando abajo con una expresi贸n vac铆a. Las luces l谩ser parpadeaban en el techo en la niebla baja que creaban para el ambiente. El club estaba excepcionalmente lleno esta noche para ...

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