SORPRENDIDO

Adolph fingió reírse.

—No, padre. No pasa nada, solo la llamé para hacerle unas preguntas sobre la manada debido a los poderes que se supone debemos renovar cada año.

—Ya veo —murmuró y miró hacia la sacerdotisa—. ¿No has visto al elegido aún? Una vez me dijiste que lo veríamos pronto, que el tiem...

Inicia sesión y continúa leyendo