Capítulo 52

Me desperté en la jaula sintiendo como si me hubiera atropellado un tren de carga. Cada músculo de mi cuerpo gritaba en protesta mientras cambiaba de posición sobre la delgada manta. El agotamiento de la batalla de anoche aún se aferraba a mí como una segunda piel, pero peor que el dolor físico era ...

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