Capítulo 70

El pasillo se convirtió en un matadero.

La sangre pintaba las paredes en chorros arteriales. Cuerpos—lobo y humano, guardia y guerrero—cubrían el suelo como muñecas rotas. El aire era tan denso que se podía saborear, a cobre y sal y el hedor acre de entrañas vaciadas. La muerte había llegado a este ...

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