Un viaje rápido al infierno y de regreso.

Los motores rugieron mientras los tres salíamos del camino de entrada, el sonido vibrando a través de mis huesos. Elias iba adelante, cortando limpio por la carretera, mientras yo me quedaba solo un poco atrás, cerca de Macey. El viento nos arrancaba, cálido y afilado, llevando el olor a pino y asfa...

Inicia sesión y continúa leyendo