Terapia.

Para cuando la última alma se desvanece en la luz, el vacío se ha asentado tan profundo que casi se siente como tranquilidad. Casi. Miro la guadaña en mi mano, al tenue brillo del polvo de alma adherido a la hoja, y dejo escapar un suspiro que resuena en mi pecho. Nada. Ni calma. Ni claridad. Solo e...

Inicia sesión y continúa leyendo