Rastreala.

Retrocedí sobre la grava, mis palmas ardían al clavarse en pequeñas piedras y ramas, mi corazón latía tan fuerte que dolía. La sombra de Dean se alargaba sobre la tierra mientras avanzaba hacia mí, sus ojos ardían con algo feo e irreconocible. La sonrisa había desaparecido, reemplazada por ira, pura...

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