Sabe algo.

Tomó demasiado tiempo. Demasiado tiempo para que los pasos se arrastraran por el pasillo. Demasiado tiempo para que la luz del porche parpadeara. Demasiado tiempo para que el pestillo siquiera hiciera clic. Cada segundo se estiró sobre el hueso de mi paciencia hasta que se rompió. Así que no, no e...

Inicia sesión y continúa leyendo