239. «Buena suerte a todos».

Abro la puerta de golpe, dejando caer la máscara al suelo y me inclino sobre el lavabo. El sabor aún persiste en mi boca—más fuerte y desagradable—y trato de lavarlo. Pero no importa lo que haga… no se va.

—¿Charlotte?—la voz de Sebastián desde afuera me hace tomar una respiración profunda. Dejo de ...

Inicia sesión y continúa leyendo