Capítulo 2 ¡Cómo te atreves a traicionarme!

—¿Están juntos?— La voz de Michael era baja, llena de inquietud y celos. No podía creer que Olivia pudiera estar tan cerca de Samuel.

Olivia había dicho que le gustaba Michael, pero ahí estaba, tan íntima con Samuel. Michael pensó para sí mismo, '¿Es esta su idea de gustar? ¡Qué barato!'

Grace notó el cambio de humor de Michael y siguió su mirada, sintiéndose desconcertada. —¿Qué pasa?

—Nada— dijo Michael, reprimiendo su enojo, pero su tono era frío. Las emociones que surgían en su corazón le dificultaban mantenerse tranquilo, su mente reproducía constantemente las súplicas y lágrimas de Olivia el día de su divorcio.

Mientras tanto, Isabella miraba los coloridos fuegos artificiales y el exagerado mensaje de "Feliz Cumpleaños", sintiéndose un poco avergonzada.

—El gusto de Daniel es realmente algo— Isabella sacudió la cabeza, pero su corazón se sentía cálido.

—Piensa en los pésimos regalos que recibiste a lo largo de los años; esto es un gran avance— Samuel rodeó con su brazo el hombro de Isabella, atrayéndola suavemente hacia su abrazo. —Los regalos de hoy son solo el comienzo. Todos han preparado más para ti, llenando tu habitación. Isabella, muchas personas te quieren. Guarda tu amor y tiempo para quienes lo merecen.

Isabella de repente sintió una oleada de emoción, profundamente conmovida. —Aun así, no te perdonaré por tenderme una trampa— Isabella se secó las lágrimas y dijo con una sonrisa juguetona, —Traer a tu hermana recién divorciada a ver los fuegos artificiales, realmente eres mi buen hermano, ¿verdad?

—Eres tan traviesa— Samuel le dio un suave toque en la nariz a Isabella, una escena que Michael y Grace presenciaron desde la distancia.

La ira de Michael ya no podía ser contenida, y Grace, al ver a Isabella y Samuel, fingió inocencia y preguntó, —¿Es Olivia? ¿Quién es el tipo que está con ella? Me parece familiar, y se ven muy cercanos.

Los fuegos artificiales continuaban floreciendo brillantemente en el cielo nocturno, pero Michael no estaba para eso. No pudo reprimir su enojo y caminó directamente hacia Isabella, su voz llena de furia abrumadora. —¡Cómo te atreves a traicionarme, Olivia!

Isabella quedó atónita por el repentino estallido de Michael. Sorprendida, una ola de desafío surgió en ella. —¿Traicionarte? ¿En serio, Michael? ¿Quién fue el primero en destrozar nuestro matrimonio?— Isabella respondió, su voz goteando resentimiento y enojo acumulados durante mucho tiempo.

—¡Michael, ya basta!— Samuel intervino, protegiendo a Isabella. Se volvió hacia ella con gentileza, diciendo, —Este idiota acaba de arruinar nuestro buen humor. Vámonos de aquí— Isabella asintió y comenzó a alejarse.

—¡No te atrevas a irte!— Michael gruñó, sus emociones en espiral, alimentadas por la punzada de la traición. Extendió la mano para detener a Isabella, pero Samuel lo bloqueó. Samuel miró a Michael, manteniéndose firme.

—Olivia, buen trabajo. ¿Te gustaría explicar quién es este tipo?— El rostro de Michael era frío y amenazante.

Samuel respondió con calma, —Señor Johnson, parece que su memoria está fallando— Sostuvo a Isabella más cerca, una sonrisa tranquila jugando en sus labios. —Nos hemos cruzado en el mundo de los negocios más de una vez.

—Olivia, respóndeme— Michael ignoró a Samuel, avanzando.

—Ya estamos divorciados, señor Johnson. No es asunto suyo— respondió Isabella con firmeza, —¡No quiero volver a verte!

Su voz temblaba ligeramente. Trece años de amor, destrozados por el propio Michael. Caminó junto a Samuel, haciendo que Michael sintiera como si todo el mundo lo hubiera excluido en ese momento.

—¡No puedes simplemente irte!— Michael sintió una oleada de pánico, desesperado por alcanzarlos. —No estamos oficialmente divorciados aún, ¿y ya estás viendo a alguien más?

—No estamos oficialmente divorciados, pero Grace no puede esperar para casarse contigo. Te vi con ella y no dije nada. ¿Qué derecho tienes para impedirme salir con alguien?— El cabello de Isabella ondeaba en el viento, sus labios rojos se curvaban en una sonrisa burlona, más impresionante de lo que Michael había visto nunca, con una feroz rebeldía. —¿Tú puedes salir con otros, pero yo no?

El tono agudo de Isabella dejó a Michael atónito. ¡La usualmente obediente Isabella se estaba enfrentando a él! Justo entonces, Grace gritó de dolor, —¡Mi pie!

La atención de Michael se centró en el grito, una expresión compleja cruzando su rostro. —Grace, ¿qué pasa?— Se dio la vuelta, sin darse cuenta de que Isabella y Samuel estaban escapando.

—Estoy bien, solo me torcí un poco el tobillo— Grace forzó una sonrisa, tratando de sonar relajada. Pero su mente estaba llena de preocupación por Michael. ¡No podía permitir que Isabella y Michael tuvieran alguna oportunidad de volver a estar juntos!

—Te llevaré al hospital— Después de consolar a Grace, Michael miró a su alrededor, pero Isabella ya se había ido. Sintió una punzada de pérdida, su mente se llenó de imágenes de Isabella, mezcladas con enojo y lágrimas.

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