110. Elección

Mis rodillas se bloquearon mientras mi respiración se detenía. No podía moverme, no podía parpadear. Ahí estaba. Sullivan. Mi hermano. De pie frente a mí, vivo, cuando no debería estarlo. ¿Estoy soñando?

—¿Por qué estás tan callada? ¿Así es como saludas a tu hermano? —Su voz era calmada, casi burlo...

Inicia sesión y continúa leyendo