113. Perro

ALLISON.

Mientras el helicóptero descendía, mi estómago se revolvía, y no solo por el movimiento, sino por la abrumadora sensación de temor que se apoderaba de mí. No podía creer que me había entregado a ellos. No me arrepentía de mi decisión, pero maldita sea, sabía que las cosas iban a ponerse más...

Inicia sesión y continúa leyendo