126 Mollagona

Celestine estaba de pie en la cabecera de la mesa. Llevaba su habitual vestido largo blanco que fluía como niebla, su cabello negro y lacio caía sobre sus hombros. Casi la halagaría por su belleza etérea si no fuera porque odiaba cada fibra de su ser. Miré alrededor de la mesa y vi que estaba hablan...

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