CAPÍTULO SIETE: Maldito

Mis ojos parpadearon en rojo carmesí mientras mis garras afiladas se extendían desde mis dedos, listas para atacar al hombre desconocido. Pero Daniel rápidamente agarró mi mano, deteniéndome. Me volví hacia él, sorprendida, y me ofreció una sonrisa tranquila.

—Está bien, Allison. Lo conozco —dijo.

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