85. Deberes del bebé

MASON.

Apenas era de mañana, y el agudo llanto del bebé cortó el aire como una maldita alarma que no había puesto. Mis ojos se abrieron, pesados como plomo, y gemí mientras me arrastraba fuera de la cama.

—Mierda— murmuré con voz ronca mientras me dirigía hacia la guardería, apenas despierto.

Cua...

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