Capítulo 35_ La pequeña Arya

Kane desabrochó el cinturón de seguridad de Arya y la acercó, sus palabras tranquilizadoras y su abrazo la reconfortaban. —Se acabó, Tigresa. Nos hemos detenido, el coche ya no está en movimiento.

Arya, aún recuperándose de su intensa pánico, encontró consuelo en los brazos de Kane y el sonido dist...

Inicia sesión y continúa leyendo