[12] No seas modesto

Bryer quitó el mentón de su mano y Ripley se reacomodó en el taburete cuando imaginó otra mujer con ella, otra que no fuera su hijo, comiéndole el clítoris y metiendo sus dedos en su vagina. Ripley estuvo en varios tríos, y no había nada más caliente que verla correrse en la boca de otro hombre, gim...

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