[56] Gíme por mí

El grito de Bryer tras la embestida inicial de Ripley resonó con el coro de placer del Laberinto. Ripley, de pie, penetrándola con furia, no buscaba un clímax rápido, sino una demostración de su poder y que era dueño de ese coño que chorreaba por él.

Niles y Serena se acercaron, con sus ojos fijos ...

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