[57] Quiero lamerte todo

Bryer despertó al mediodía, con el cuerpo dolorido, la garganta áspera y la cabeza palpitando por el champán, el sexo y el Laberinto. Ripley ya no estaba en la cama; había ido al gimnasio, volviendo a su papel. Bryer se levantó sintiendo el peso de la vergüenza y, al mismo tiempo, el hormigueo de un...

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