Capítulo 14

Caleb

—Joder, nena—, agarré sus caderas y la penetré, cada embestida golpeando su cervix. Esta mujer era absolutamente perfecta. Sus gemidos, su sexo, cada cosa de ella me atraía más y más.

—Te dolerá mañana, nena, pero estarás bien, pensarás en cómo te follo todo el día—, dije mientras la follaba...

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