Capítulo 37

Caleb

Cuando entramos corriendo en su habitación, casi me caigo. Ella estaba en una esquina del cuarto acurrucada y gritando. Quería ir hacia ella.

—Consigue la jeringa.

—No, espera —dijo Holly, acercándose a ella—.

—Ari, soy yo, mírame, está bien, soy yo.

En cuanto vio a Holly, se aferró a ell...

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