Capítulo 42 Cualquier persona con manos podría hacerlo

—Continúa —le dije a Max, suavizando mi voz—. Yo me encargo de esto.

Max asintió. Luego me di vuelta y caminé sin prisa hacia la entrada.

En la sala de examen, golpeé mi lápiz contra el escritorio, mirando alrededor. El aire estaba cargado de ansiedad—docenas de estudiantes encorvados sobre sus cu...

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