Capítulo doscientos setenta.

Con un último tirón firme, la madre de Arjun ató la venda sobre la herida en su brazo.

La sangre ya había empapado la primera capa de tela, manchando el tejido dorado de su sherwani, pero Arjun ni siquiera se inmutó.

Su mente no estaba en el dolor, estaba en Meera, y en la tormenta que se levantab...

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