Capítulo doscientos setenta y ocho.

—Lo siento, señora, no puede ir con él. Por favor, espere aquí— dijo una de las enfermeras mientras llevaban a Arjun en la camilla.

La mano ensangrentada de él se deslizó de la de Meera y su pecho se tensó, como si le arrancaran el corazón.

—No... espera, por favor...— intentó seguirlo, su voz que...

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