Un callejón sin salida

Fruncí el ceño. —¿Vienes a mi casa sin invitación para... invitarme a salir?

Rowan se apoyó en la barandilla del porche, completamente despreocupado. —Técnicamente, no es una cita. Es un viaje.

Bufé. —Oh, mi error. Viniste sin invitación a mi casa para invitarme a un viaje.

Él sonrió. —¿Ves? Suen...

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