Gritándole

—Quizás simplemente no pudo leerte y no, no es psíquica —dijo él, sonriendo—. Solo es brillante. Aterradora. Pero brillante.

—Lo sé. Es una de las razones por las que me gusta mucho.

—A ella también le gustas —dijo en voz baja.

Parpadeé—. De hecho, sí. Mucho. A veces, sin embargo, siento que no s...

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