Los pensamientos de Rowan

Mi abuelo, Sebastián—él era el más blando de todos, no literalmente, pero comparado con ellos, él era más blando, y ni siquiera él podía mirarme a los ojos cuando hablaba del pasado.

No quería que viera emociones.

¿Pero los demás? Fríos. Estratégicos. Distantes. No les importaba. Eran como robots ...

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