Las malas noticias de Jo

Rowan no perdió ni un segundo. En el momento en que repetí lo que dijo Jo, él ya estaba en movimiento.

—Callum —ladró en su teléfono, entrando en el pasillo—. Consigue ojos en el coche que Jo rastreó. Averigua de dónde vino, quién estaba en él, de qué placas fue robado—quiero un nombre para la maña...

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