Niño desaparecido

Estaba sudando.

Mis palmas estaban resbaladizas y mi corazón latía tan fuerte en mi pecho que pensé que podría estallar. Ni siquiera sabía qué decir. Todo era un borrón, y podía sentir las miradas de la gente que pasaba, sus miradas curiosas hacían que el momento fuera aún peor.

El teléfono en mi ...

Inicia sesión y continúa leyendo