Noche de ardiente placer

Sus manos se extendieron, recorriendo lentamente mi espalda desnuda, trazando la curva de mi columna, encendiendo un calor que se extendió por cada centímetro de mi cuerpo.

Su toque era suave pero firme, enviando un escalofrío por mi cuerpo que me hizo derretirme contra él.

Su boca encontró el cam...

Inicia sesión y continúa leyendo