El mayor transportista

Rowan se rió, bajo y suave, el tipo de risa que no tenía ningún derecho a acelerar mi pulso. Me volví hacia él, entrecerrando los ojos.

—¿Qué es tan gracioso?

—Oh, nada —dijo, metiendo las manos en los bolsillos—. Solo imaginándote tratando de explicarle a Laura por qué los adultos no funcionan as...

Inicia sesión y continúa leyendo