Capítulo 125

Tristan

Lo primero que sentí fueron las manos de Athena en mi pecho, cálidas, firmes y vivas.

Lo segundo fue el aire llenando mis pulmones sin ese horrible sonido de traqueteo que había estado allí antes. Podía respirar, realmente respirar.

Abrí los ojos y al principio todo estaba borroso, sol...

Inicia sesión y continúa leyendo