Capítulo 164

La sala de espera del hospital olía a antiséptico y café malo.

Lo odiaba. Odiaba las luces fluorescentes que hacían que todos parecieran medio muertos.

Odiaba las incómodas sillas de plástico que chirriaban cada vez que alguien se movía.

Odiaba el reloj en la pared que tic-tac demasiado fuer...

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