Capítulo 37

Miré mi teléfono, ya eran más de la una de la mañana.

—¿Otra parada? Tristan, es tarde.

—Confía en mí —dijo, y algo en su voz me dijo que esto era importante—. Hay algo que quiero mostrarte.

Condujimos por calles vacías, la ciudad dormía a nuestro alrededor excepto por algún taxi ocasional o un c...

Inicia sesión y continúa leyendo