Capítulo 50

Me senté en la fría arena mirando las olas romper contra la orilla, cada una llevándose un poco más de mi compostura.

El viento salado azotaba mi cabello alrededor de mi rostro, pero apenas lo notaba. Todo lo que podía pensar era en la pelea con Tristan y en cómo todo entre nosotros se había destro...

Inicia sesión y continúa leyendo