50 - ¡Corrían para salvar sus vidas!

Zadok sacó su espada, listo para pelear.

—Ponte detrás de mí —siseó, con los ojos enfocados en nuestro nuevo enemigo común.

Saqué mi espada y agradecí a Dios por Zadok, quien pensó sabiamente en recogerlas antes. No podía imaginar estar en esta situación sin nada para defendernos.

—Necesitamos ir...

Inicia sesión y continúa leyendo