Capítulo 30 - Te tengo

¡MALDITA SEA! Con la llamada incoherente fresca en mi mente, ahora estaba sentado en mi motocicleta rompiendo todas las reglas de tráfico. Velocidad, giros, semáforos en rojo, nada me detenía. El viaje tomaría tres horas si seguía las reglas, esperaba llegar en dos como máximo. Su voz había sido rot...

Inicia sesión y continúa leyendo