Capítulo 49: Madura

Noah

—No entres— dijo Jerold, indicándome que fuera al patio trasero.

Me entregó las llaves de la casa y se desnudó. No puedo mentir y decir que el espectáculo no fue agradable. Estaba lleno de cicatrices nuevas pero curadas, aunque los tatuajes en su piel parecían inalterados. Incluso puso sus za...

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