Capítulo 37

—¡No, no puedes venir! —dijo Eve irritada.

La expresión de Blake se volvió más sombría.

—¡No dejaré que conozca a otros hombres, maldita sea! ¡Ella es mía! —gruñó.

Eve suspiró pesadamente.

—Mira, primo, ¡no puedes venir en este estado! Estás borracho y me temo que harás una escena allí. ¡No pued...

Inicia sesión y continúa leyendo