Las cosas intermedias (continuación)

Lita negó con la cabeza. No quería decir nada.

—Bueno, sea lo que sea, te dolió lo suficiente como para despertarme —él le acarició el cabello, atrayéndola fuertemente hacia él—. Odio sentir tu dolor. Es como tener cristales bajo la piel.

—¿Despertarte? ¿Qué...?

—Ahora estamos vinculados, si tú ...

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