10. No pude escapar

—¿Crees que puedes huir de mí, mujer astuta? —dijo Max con tono triunfante.

Gabriella negó con la cabeza espontáneamente, rechazando la acusación.

—¡No sé nada sobre ese mensaje! ¡Créeme!

—¡Shhh! No te pongas nerviosa. Tranquila. El contrato firmado sigue siendo válido. Solo que no te alejarás de...

Inicia sesión y continúa leyendo