111. Mantener el arrepentimiento

Tan pronto como Gabriella vio a Max, una sonrisa apareció de inmediato. Aunque su rostro seguía pálido, la mujer extendió los brazos con entusiasmo.

—¿Qué tan ocupado estás? He estado esperando mucho tiempo —dijo Gabriella, impaciente por el abrazo de su esposo.

Manteniendo la ligera curva de sus ...

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