123. Paga o muere

Max no podía quedarse quieto. Seguía caminando de un lado a otro, agarrándose la cabeza. De vez en cuando, suspiraba, esperando que la presión en el pecho disminuyera. Desafortunadamente, el miedo en su mente se hacía más claro.

—Max —suspiró Gabriella, ya que no podía soportar ver la inquietud de ...

Inicia sesión y continúa leyendo