17. La llegada de Julian

Tan pronto como se abrió la puerta, un hombre irrumpió con los puños fuertemente apretados. El sirviente detrás de él solo pudo hacer una mueca de preocupación.

—¡Cómo te atreves a traicionar mi confianza! Cedí ante ti, ¿y arruinas la empresa?

El dedo índice del hombre apuntaba al rostro de Max.

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